Somos seres de violencia
si continuamos existiendo
en ovillos de violencias
y podríamos ser de ovillos
de amor
si todo nuestro Ser viviera tejiendo
en la vida solo bordados de amor
nuestras manos cerebro y corazón
serían agujas de este oficio bordar
Prometeo entrega al hombre la luz que le roba al dios Zeus |
Hay un laboratorio
natural de la vida
tubos de ensayos y sustancias
de luces
componiendo siempre una
sinfonía que
mantiene en canto
despierta a la vida
¡oh bella niña como sol levántate ya
que es el tiempo de tu amanecer!
Y ser ¡Ser!
crisol
de esencias y fuerzas vitales que
sólo el
alma y el corazón captan y sienten
para hacernos
vivir una vida verdadera
¡la felicidad! el poema de la vida
¡oh felicidad! don que aún no ha sido
conquistado
para una vida colectiva
sino que
vagas de éste o aquél dentro
de un
ambiente cada vez más inhóspito
Y aparece la gran
revolución industrial
gigantesca
maquinaria que depredando
la naturaleza
desnuda al hombre de esas
esencias y fuerzas
definitorias de la vida y
como azote le construye la hoy civilización
sangre y sudor
perlando su frente para
escindirlo según su
hábitat en la cruel
oposición entre
campo y ciudad
Guerras
tras guerras
nidos
de odios sucediéndose en el tiempo
oleadas
de violencias cada vez más encrespadas
matándose
los hombres por la riqueza y el Poder
tallan
la ciudad opresora de sí misma y del campo
compacta riqueza a expensa de compacta pobreza
descompacta sociedad de
hombres contra hombres
Obreros volviendo a sus casas/Edvard Munch |
Opulencia urbana
cada vez más agresiva
que arroja al hombre
a la vida del lucro
al abismo sus esencias y fuerzas vitales
emergiendo un hombre
vacío de espíritu
aunque en éste o aquél queden refugios
para que estas
esencias y fuerzas mantengan
la esperanza del
renacer de la verdadera vida
Entonces
un tiempo violento
donde
el amor y la ternura
la
bondad y la solidaridad
desde
el nacimiento del niño
hasta
alcanzar su edad hombre
vagan
como fugitivos del alma y
surge un hombre ausente del niño
Quedan la libertad
la justicia la
verdad y la belleza
como las permanentes
peregrinas
deambulando por sendas
solitarias
aunque poblando
ráfagas del viento
mutándose en el
grito del hombre
que pregunta dónde
se fue el niño
El grito/Edvard Munch |
Y
entre esencias fugitivas y peregrinas
la
honestidad la humildad la sencillez
no
encuentran aposentos donde anidar y
vagan
como almas penando en el infierno
el
hombre quedando desnudo hundido
drogándose
en la fuente del lucro
Y es que existimos en un tiempo donde
el hombre existe desintegrado porque
la violencia le desnuda de sus esencias
pero su sueño sólo queda suspendido
como el rocío de amanecer lentamente
cayendo sobre la verde vegetación o la
madeja de sus anhelos latente pulsando
las fuerzas inmanentes de la evolución
Y estas fuerzas y esencias retoman
en algún solaz rincón de la naturaleza
la reconstrucción de la verdadera vida y
escondiéndose de los ojos de la violencia
escondiéndose de los ojos de la violencia
prosigue la labor tejedora del otro hombre
como si esas fuerzas inmanentes pacientes
esculturan otro Frankenstein
Prometeo para
entregar a la vida las luces de su antorcha y
desatar aquél que sobre la roca alimenta con
sus entrañas al monstruo alado del dios Zeus
Y al fin sea ¡hombre hermano del hombre!
¡la fraternidad entre los hombres ya libres
tallada por la libertad y por la alegría!
como lo canta en las alturas el gran coro de
la Oda a la Alegría de Ludwig Van Beethoven
como lo canta en las alturas el gran coro de
la Oda a la Alegría de Ludwig Van Beethoven
¿Y es preámbulo de una historia no violenta?
Un deambular
de sueños u ondas de anhelos
buscando
a aquél que la haga un solo haz o
tentativas
de actos aislados que buscan atarse
para
una propuesta de construcción de la vida
¡es Frankenstein asustando al tiempo presente!
Pero sintiéndolo con
sus alas de alegrías
la sociedad sin
piedad le rechaza y le da
rotundo grito ¡no! a su propuesta de luz y
en su alma le anida el
eco de su amenaza
¡vagas con ella o húndete en la violencia!
y queda Frankenstein o un Caín vagabundo
condenado a vivir con
el sudor de su frente
pero siguiendo con
su sueño a su espalda
Y ¿aún podría ser el insurgente Prometeo
con su vital equipaje de fuerzas esenciales?
el
hombre anónimo busca donde germinar
no
sólo para respirar sino para vivir la
vida
aunque
sea en resquicios por donde pase luz
Pero impera una ¡cruel realidad!
la armonía trastocándose
en desarmonía
la verdad
desfigurándose en desverdades
zanjas como heridas
abiertas sangrantes
por donde manan los
males que azotan
la existencia de la
vida del hombre
Malignidad que
inunda su alma
tras
cada acto que protagoniza
llenándolo
de dolor sufrimiento
frustración
ambición y codicia
degradación
y malas pasiones
que ahondan
aún más el desamor
y la
desesperanza como si reviviera
el
antiguo mito La Caja de Pandora
pero
con sus monstruos más fieros
porque
ahora la abre el dios Capital
para atesorar
todo lo que ve y toca
arrojando
la vida a la sobrevivencia
Pandora |
Pero la poesía y la música
en sus ovillos
de poemas y
sinfonías en composición
resisten al empuje
de la destrucción y
se convierten en
almacén universal bajo
la custodia de ese hombre Frankenstein
vagando en aventuras
de peregrinación
verdadero laboratorio de sentimientos
que en simbiosis gesta a Frankenstein
habrá de resucitar la vida aquella que
una
vez brotó para ser vivida por ese
Ser
que nace para vivir sobre la Tierra
como el niño que no sabe de monstruo