domingo, enero 28, 2018

Frankenstein ¿otro Prometeo?

Somos seres de violencia
si continuamos existiendo
en ovillos de violencias
y podríamos ser de ovillos de amor
si todo nuestro Ser  viviera tejiendo
en la vida solo bordados de amor
nuestras manos cerebro y corazón
serían agujas de este oficio bordar

Prometeo entrega al hombre la luz que le roba al dios Zeus
Hay un laboratorio natural de la vida
tubos de ensayos y sustancias de luces
componiendo siempre una sinfonía que
mantiene en canto despierta a la vida
¡oh bella niña como sol levántate ya
que es el tiempo de tu amanecer!
Y ser ¡Ser!
crisol de esencias y fuerzas vitales que
sólo el alma y el corazón captan y sienten
para hacernos vivir una vida verdadera
¡la felicidad! el poema de la vida
¡oh felicidad! don que aún no ha sido
conquistado para una vida colectiva
sino que vagas de éste o aquél dentro
de un ambiente cada vez más inhóspito
Y aparece la gran revolución industrial
gigantesca maquinaria que depredando
la naturaleza desnuda al hombre de esas
esencias y fuerzas definitorias de la vida y
como azote le construye la hoy civilización
sangre y sudor perlando su frente para
escindirlo según su hábitat en la cruel
oposición entre campo y ciudad
Guerras tras guerras
nidos de odios sucediéndose en el tiempo
oleadas de violencias cada vez más encrespadas
matándose los hombres por la riqueza y el Poder
tallan la ciudad opresora de sí misma y del campo
compacta  riqueza a expensa de compacta pobreza
descompacta sociedad de hombres contra hombres

Obreros volviendo a sus casas/Edvard Munch
Opulencia urbana cada vez más agresiva
que arroja al hombre a la vida del lucro
al abismo sus esencias y fuerzas vitales
emergiendo un hombre vacío de espíritu
aunque en éste o aquél queden refugios
para que estas esencias y fuerzas mantengan
la esperanza del renacer de la verdadera vida
Entonces un tiempo violento
donde el amor y la ternura
la bondad y la solidaridad
desde el nacimiento del niño
hasta alcanzar su edad hombre
vagan como fugitivos  del alma y
surge un hombre ausente del niño 
Quedan la libertad
la justicia la verdad y la belleza
como las permanentes peregrinas
deambulando por sendas solitarias
aunque poblando ráfagas del viento
mutándose en el grito del hombre
que pregunta dónde se fue el niño

El grito/Edvard Munch
Y entre esencias fugitivas y peregrinas
la honestidad la humildad la sencillez
no encuentran aposentos donde anidar y
vagan como almas penando en el infierno
el hombre quedando desnudo hundido
drogándose en la fuente del lucro
Y es que existimos en un tiempo donde
el hombre existe desintegrado porque
la violencia le desnuda de sus esencias
pero su sueño sólo queda suspendido
como el rocío de amanecer lentamente
cayendo sobre la verde vegetación o la
madeja de sus anhelos latente pulsando
las fuerzas inmanentes de la evolución 
Y estas fuerzas y esencias retoman
en algún solaz rincón de la naturaleza
la reconstrucción de la verdadera vida y
escondiéndose de los ojos de la violencia
prosigue la labor tejedora del otro hombre
como si esas fuerzas inmanentes pacientes
esculturan otro Frankenstein Prometeo para
entregar a la vida las luces de su antorcha y
desatar aquél que sobre la roca alimenta con
sus entrañas al monstruo alado del dios Zeus

Y al fin sea ¡hombre hermano del hombre!
¡la fraternidad entre los hombres ya libres
tallada por la libertad y por la alegría!
como lo canta en las alturas el gran coro de
la Oda  a  la Alegría de Ludwig Van  Beethoven

Frankenstein y la niña/Escena del film
¿Y es preámbulo de una historia no violenta?
Un deambular de sueños u ondas de anhelos
buscando a aquél que la haga un solo haz o
tentativas de actos aislados que buscan atarse
para una propuesta de construcción de la vida
¡es Frankenstein asustando al tiempo presente!

Pero sintiéndolo con sus alas de alegrías
la sociedad sin piedad le rechaza y le da
rotundo grito ¡no! a su propuesta de luz y
en su alma le anida el eco de su amenaza
¡vagas con ella o húndete en la violencia!
y queda Frankenstein o un Caín vagabundo
condenado a vivir con el sudor de su frente
pero siguiendo con su sueño a su espalda

Y ¿aún podría ser el  insurgente Prometeo
con su vital equipaje de fuerzas esenciales?
el hombre anónimo busca donde germinar
no sólo para respirar sino para vivir la vida
aunque sea en resquicios por donde pase luz
Pero impera una ¡cruel realidad!
la armonía trastocándose en desarmonía
la verdad desfigurándose en desverdades
zanjas como heridas abiertas sangrantes
por donde manan los males que azotan
la existencia de la vida del hombre

Malignidad  que inunda su alma
tras cada acto que protagoniza
llenándolo de dolor sufrimiento
frustración ambición y codicia
degradación y malas pasiones
que ahondan aún más el desamor
y la desesperanza como si reviviera
el antiguo mito La Caja de Pandora
pero con sus monstruos más fieros
porque ahora la abre el dios Capital
para atesorar todo lo que ve y toca
arrojando la vida a la sobrevivencia

Pandora
Pero la poesía y la música en sus ovillos
de poemas y sinfonías en composición
resisten al empuje de la destrucción y
se convierten en almacén universal bajo
la custodia de ese hombre Frankenstein
vagando en aventuras de peregrinación
Y con este romántico almacén a cuesta
verdadero laboratorio de sentimientos
que en simbiosis gesta a Frankenstein
habrá de resucitar la vida aquella que
una vez brotó para ser vivida por ese
Ser que nace para vivir sobre la Tierra
como el niño que no sabe de monstruo