viernes, noviembre 25, 2016

Arsenal de confituras


El hombre escribe poesía
se hace poeta del alma
para que su llanto
se haga torrentes
que ahogue la violencia
que lo está despedazando
es la poesía de este tiempo
pero ¿así será siempre?


El martes 16 de Agosto del 2016 -¡cuándo llegar en otro tiempo!- entrando a luna plenilunio, fue un Instante de alegría porque a la “interminable borrasca de un tiempo medido sólo por la capacidad de matar”,  el poema Arsenal de confituras, le abre fisuras por donde nos rescata –cada vez que lo leamos- de esta enrarecida “esfera” –mundo o sociedad o esta humanidad- que nos arropa y traga como lo hace un “agujero negro”, hasta el punto de no sentir, hacernos olvidar el paso del tiempo, del deshojar de las lunas, del abrazo del círculo Zodíaco con sus doce constelaciones que señalan cada mes del año, y aún más, los pasos del mismo hombre trazando huellas para un andar a ciegas. Somos como zombis migrantes en esta comba espaciotiempo, lejano vientre cósmico donde nacimos. O como burbujas que chocando entre sí irradian relámpagos que develan velos que tapizan nuestra existencia. Pero en este martes 16, con su poema y bajo su luna, caen los velos.


Y el poema –el hombre- como relámpago en intermitencia –como la fuerza de la música de Beethoven- suelta sus rayos versos en el regazo de la existencia como un desgarrado grito ¿cómo es posible que a pesar de su origen cósmico persiste existir –mendigando diariamente el pan, el agua y la luz-, degradándose y contradiciendo su condición intrínseca cósmica? ¿cuándo va a construir otro hábitat –su “puesto cósmico” sobre su “lugar cósmico” que le entregó el Universo- acorde a su origen? Cuestión que nos plantea para la urgente reflexión el maestro y filósofo Juan García Bacca.


 

El hombre roto/Marc Chagall

Y señalo Agosto del 2016 porque embustería como testigo ocular viviente da a luz este poema de una poeta que define una instancia de la existencia y llama vivirla a plenitud. Imaginar “confituras” como partes de un “Arsenal” con capacidad de identificar, fundar, construir o realizar sueños y esperanzas –la cadena de anhelos que empujan la vida- es algo parecido a imaginar hombres depositarios del amor, de la verdad, la libertad, la justicia, y la belleza –sus esencias o simientes primogénitas-, como fuerzas-potencias que le anida el Cosmos cuando se gestan. O sea, hombres con conciencia cósmica acorde a su origen cósmico. Entonces, serán hombres dotado de la capacidad para fundar su real reino humano, donde es imposible la existencia de una tragedia-comedia como la actual que cotidianamente lo hunde. Entonces, Arsenal de confituras, sería el arsenal de armas para vencer siempre en el combate por la vida. Y este poema ya no es sólo un retrato biográfico.

Instancia de existencia donde van a conjugarse los verbos en sus personas yo, tú, él en dimensión singular y, nosotros, vosotros y ellos en dimensión plural. Osea, de una persona particular y concreta a un todo universal igualmente concreto que la llene de plenitud. Entonces, es el mismo antiguo yo me canto, yo me celebro. nosotros nos cantamos y nos celebramos. Yo existo, todos existimos, porque somos seres para vivir permanentemente amando lo bello ¡Hermosa conjugación, única, cósmica! ¿Y un hombre de origen cósmico no debería hacer acciones -historia-, de igual dimensión? E inevitable el recuerdo de aquél estallido estelar cuando nace el Universo, y en su seno, luego, la vida -¡mundo, entiéndalo, allí nace la vida!-. Pero, por qué hoy ésta vida tan dispar, desnatural y violenta que contradice este origen.


las ondas procedentes de la explosión estelar Big Bam

Y ¿es un absurdo que hagamos Arsenal de confituras algo parecido a espacio cósmico o universo? Vemos a un “Arsenal” compuesto por “confituras”. Vemos al Cosmos compuesto por astros y hombres. En “Arsenal”, “confituras” es como decir hombres buscando crear encuentros con el hombre para construir vidas, lo mismo que en el Universo, astros como decir cuerpos cósmicos buscando atraer a otros cuerpos también para crear vidas. Y éstas búsquedas son acciones de semejanzas cósmicas. Y ciertamente Arsenal de confituras como Arsenal de hombres cósmicos es un gran absurdo, pero un absurdo que queremos prenderlo en la conciencia.

Y este maravilloso surrealismo solo quiere señalar, afirmar una verdad simple: el hombre en el universo, en la naturaleza, y dentro de sí mismo, es un ser cósmico, y sus acciones -su historia- deberían ser de igual signoY el hecho de que hoy este hombre sea un terrible depredador de la vida no extingue esta verdad. Ella está allí, subyacente. ¿Y no es lo que este hombre necesitaría concientizar para dejar de ser zombis o burbujas o depredador? Un Ser de origen cósmico dotado de igual capacidades –concientizada, interiorizada-, es un ser que nace para construir un definitivo mundo-tiempo de vida verdadera –su reino humano- donde no tiene cabida la alienación, ni ataduras ni muros que aten su libertad, su verdad, su amor y justicia como actualmente ocurre. Una vida que restituye al niño su originaria potencia transformadora para hacer humanidad.

Entoncesentendido en este sentido, yo, tú, él, ella, todos somos Arsenal de confituras porque yo, tú, él, ella, todos somos reales seres que nacimos en el cosmos, y como tal debemos actuar, vivir acorde con este origen y con esta conciencia, la cual es totalmente ajena a depredar, asesinar, mentir, a la obsesión de la posesión material, etc. Y, ¿tras este poema no fluye esta dimensión cósmica? Poetas, como Goethe, Walt Whitman, Marc Chagall, Beethoven, Mozart, y otros, propugnan, proclaman esta poesía. ¿y por qué no, nuestros espacios-páginas? Y si esto no lo concientizamos, siempre seremos lo que hoy somos por los siglos de los siglos amén.

Y nuestro surrealismo no resiste la tentación de ese blanco lienzo o del silente pentagrama. Y sobre su plano o espacio silente-sonoro, como mago lo traza de pinceladas, lo llena de “confituras”, de versos, como éstos… “…y el niño en la piedra contempla un oleaje hecho de alas de mariposas”… O “…hasta que armado de ese arsenal de confituras y asombros se fue tierra adentro al encuentro con los hombres”.  O “…la gigante soledad de quienes sobreviven aferrados a un hilo de ilusión atado a la hebra de una mazorca o al rocío”.  O “…y su oleaje retome la música que mana de sus espejos grabada en la risa de una madre que nunca ha dejado apagar la llama que cuece las aromáticas vituallas de su estremecido corazón”. Y así, este Arsenal” disparando suelta a sus “confituras”, las manda al combate por la vida, y les da la llave que abre aquel viejo Almacén de los sueños y esperanzas que por siglos de los siglos ha estado esperando, atisbando por rendijas de luces. Y como se hicieron los astros en el cosmos, también ellas en la Tierra podrán hacerse realidad.


El sembrador/Vincent Van Gogh

Y ¿no es lo que la poética de Arsenal de confituras a gritos silentes pide? Entonces, el poema si traza rasgos de un ser concreto que entre las rendijas abiertas vive amando la vida. ¿Y en este tiempo, qué son los hijos de los hijos, sino estas rendijas de amor?, pero también pincela perfiles de tantos otros que viven amando, como la misma poeta que ama y por eso vive. Y por ello, ella queriendo o no queriendo –se le suelta-, devela esta dimensión cósmica del hombre, subyacente tras este poema ¿Y por qué, para qué le llama Arsenal de confituras, si no es para que estas “confituras” vayan al combate y obtengan la victoria que rescate la vida que hoy está siendo engullida por este tiempo? 

Y en úlitima instancia ¿para que tenemos hijos?

Y en última instancia esta aspiración, este anhelo sobre el verde de las aguas y bajo el azul de los cielos, la seguiremos proclamando –hasta fastidiar de tanto repetir-, como el tallado de huellas que si construyen caminos: los del hombre para llegar a ser hombrehumano, y de éste, al fin, hacerse el Ser humano. Porque este hombre actual –prehombre, cuasihombre- no es humano porque existe depredando, asesinando, engañando, extinguiendo la vida, entregándose a la posesión material. Este hombre obstruye la evoluciónY funda un tiempo de guerra a muerte contra la naturaleza, y contra él mismo. Existimos entre muertesY hasta hoy, él está ganando está guerra. Pero, ¿para quedar existiendo vivo quién? En términos, real y verdadero ¿cómo a ésto llamar vida humana? Sin embargo, la madre y el niño como simiente, persisten con sus nacimientos en las posibilidades reales de crear vida sobre la Tierra. Y esto lo deja planteado el poema Arsenal de confituras.

Y definitivamente, la evolución con su selección natural necesita el campo libre para resolver cada situación concreta y seguir empujando la vida hacia adelante, y conducirla a los tres definitivos y únicos grandes reinos: el vegetal, el animal y el humano, una triple alianza existiendo en dialéctica indisoluble. En fin, la universal y definitiva gran cadena de la vida, que hoy transcurre terriblemente rota. Y precisamente, para alcanzar esta dimensión de la vida, el hombre necesita de esta conciencia cósmica. Pero, ¿hallará el tiempo necesario para lograrlo? El cuento, “EL principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, nos deja varios alertas.

Y dentro de esta universal cadena -como mariposa en su crisálida-, la diminuta cadena pero infinita en lo finito: de la célula al  niño y de éste al Ser humano, en armónica convivencia con los otros seres vivos de la cadena. Entonces, Hombre! yo, tú, él, todos, ¿por qué la rompemos tanto? ¿por qué obstruir tanto el avance de la evolución? Ésta no anida en las entrañas de la vida para tenerla tirada en una cuneta. Ella debe estar –y de hecho está, aunque dormida, latente, pero actuando, como oruga en esa crisálida-, en nuestras manos, en nuestros corazones, en nuestros cerebros, en nuestro mundo celular…Y definitivamente, hacer erupción un ser humano con capacidad de crear, oír, sentir, y vivir “esta música viene pura del país del alma” –Magdalena Bach refiriéndose a la música de JS Bach-  Y este poema Arsenal de confituras ¿no es una chispa en este camino?