No importa dónde
ni cómo ni cuando
la vida sigue brotando
porque ella sabe por qué y
para qué necesario nacer
¿el hombre cuándo sabrá
su por qué y su para qué
y cuándo realizarlo?
Y
de la magia del universo gotearon
como
destilaron las primitivas gotas de rocíos
envueltas
en densas nubosidades de vapor
vivaces
células microscópicas sobre las fuentes
de aguas superficiales y subterráneas recién
nacidas
y
con tantas ansias de vivir que inmediatamente gestaron
formas
de vidas multiplicándose y expandiéndose con mucha
premura
por todo el ámbito de la Tierra acabada de nacer
la
materia desde siempre penetrada en amor para hacerse vida
Y
desde entonces, entre sus infinitas rendijas se anidó la simiente
multiplicándose
en un contínuum indetenible para germinar tantos
embriones
que en la larga cadena fueron gestando los seres vivos
¡la vida!
¡la vida! la eterna canción ya cantada
desde su primer soplo
el movimiento de la vida
réplica del propio girar constante de la Tierra
en
su aventura astronómica entorno a la estrella Sol gestor de la vida
y
por eso y para eso la Musa poesía creó
un Himno a la Alegría del vivir
y
por eso y para eso la Musa música compuso
la Oda de la Alegría
ambas
solemnes creaciones para salvar al hombre restituirle la vida
ambas
para que la vida recuerde nunca cesar en su ¡nacer!
¡crecer!
¿pero
en este planeta hay quién o quiénes las oigan las atiendan?
Y
ahí están testimoniándola la flor la hierba el pájaro los peces el árbol
sobre
las aguas las tierras en las ondas del viento soplándole a la vida
siempre
repitiendo el ciclo vida-muerte
infinito de simiente a simiente
pero
¿y el hombre? ¿y su misión de presidir de salvaguardar y gestar?
el
niño y la madre testimonian su permanente y su constante hacer
encienden
la chispa prenden la fogata luchan para avivar las llamas
como
el volcán extinguido pero con su centro aún en tenue ignición
Y
un algo imprevisto no se sabe en dónde hace estallido y el
ventanal
de cristal por donde mira la vida queda quebrado
añicos
como la vida misma y se abre la historia de vidrios rotos
donde
la vida se anida fragmentada en cada pedacito de cristal
testimonio
del vivir del hombre bajo modos de vidas en violencia
como
quien existe ahora calzando fuertes botas pisando la vida
¿pero
quién recoge y pega los cristalitos en un solo cristal
para
que otra vez hacerse el mismo
ventanal de la vida?
¡Ruptura!
hondas rupturas de la cadena de la vida
¡símbolos!
símbolos reales de tantos rompimientos
el
hombre mismo el mayor prominente símbolo
con
su bota milenaria no ya para calzar el pie
hecha
de gruesa suela duro cuero clavos profundos
alzándose
fustigando cayendo con toda su violencia
y
entre su sólida suela y el suelo cemento hoy la vida
bajo
bota civil unas veces otras veces bota militar
pero
bota del Poder omnímodo triturando la
vida
Y
a veces algunas botas caen como hoy cayó una
de
gran hondura asesina segadora de muchas vidas
paredones
horadados por los fusilamientos en series
agricultura
de cementerios en hileras de sepulcros
tantos
sembrados que para qué contarlos pero su caída
levanta
coros de loas de honor ¡qué horrenda
paradoja!
quejadumbres
de las cortes dominantes y élites políticas
los
privilegiados que a su sombra acumularon riquezas
todo
un cortejo de muchedumbre de lágrimas secas
y
también sumado el compungido colectivo pueblo
y
se escuchan voces “nos sentimos muy
tristes…”
Pero
mirando fijamente el horizonte habría que
confesar
con coraje que también fuimos sus creyentes
un
camino contra la vida creyendo realizar nuestros sueños
¡oh
credo hasta cuándo bajo tu mirar siguen tantos ojos ciegos!
afortunadamente
la vida todavía continúa contando con la vida
el
trueno-relámpago instando a la vida de la Tierra a oír la vida
el
arcoíris en el cielo de la vida mirarlo como señal de la vida
y
el nacimiento del niño terco encendiendo la llama de la vida
y
con tantas señales ¿no podrá el hombre hallar su camino?
Y
aún siendo festones negros presidiendo el sepulcro
el
viento los aletea ¿despidiendo al cruel asesino? para
insistir
en el mensaje que despierte convoque a las fuerzas
del
amor para que sus propios festones como pétalos blancos
siempre
sean los velámenes permanente de la verdadera vida
para
volver nuevamente a ese goteo de la
magia del Universo