domingo, septiembre 20, 2009

EDADES DORADAS

Mal de Alzheimer, enfermedad que ya no puede ser silenciada: emerge de su “anonimato”. Y sus estadísticas, lejos de disminuir, aumentan. Y en este siglo XXI, a nivel del avance de su ciencia, se asegura que ella es causada por una “dolencia neurodegenerativa”, por “la muerte de las neuronas en el cerebro y de la atrofia del cerebro”. Es decir, la fuente primaria y única de esta causa está en el propio organismo, en la fisiología del cerebro.


Y ante el desajuste y profundo deterioro de la vida social y ambiental que hoy afecta al hombre, se podrá sostener ¿la orgánica es solo la única causa? ¿También no habrá una incidencia importante de este desajuste y deterioro social en el organismo humano? ¿y este desajuste y deteriorio que lleva siglos de existencia no habrá producido cambios en el contenido informático de los genes humanos? Y a causa de este impacto, ¿el ritmo del desarrollo y evolución humana se ha acelerado, estancado o disminuído? La Ciencia tiene la palabra. Pero lo cierto es que a la altura de esta edad -la vejez-, que debería ser realmente la “edad dorada” para muchos hombres en este siglo de la Ciencia y de la acumulación gigantesca de la riqueza –y de los abismos que separan y oponen a los hombres en clases sociales-, a estos les espera -juntos a otros males- como inseparable “compañía” la de este mal de Alzheimer.



Y ante este hecho, como “espada invisible” que pende sobre su cabeza, la infancia –el niño- se alza como su gran paradoja. Y si esa es la “meta” que a algunos les esperan, ¿qué ha de ser y/o será la de esta otra “edad dorada”: la del niño?

Al lado de los aportes de esta Ciencia ¿Los “jardines” de infancia o guarderías y los “centros” geriátricos o “casas hogar” son las respuestas-soluciones de esta sociedad?

Una reflexión –sobre las dos edades: viejo y niño- que aspiramos sea compartida con todo aquél que le preocupa el destino del hombre y de su hogar, el planeta Tierra.



Dos grupos investigadores médicos, uno en el Reino Unido y otro en Francia, dieron "gran paso adelante" en la investigación del Alzheimer al identificar tres nuevos genes relacionados con este mal. Esto según los especialistas llegaría a reducir en el futuro hasta un 20 por ciento las tasas de incidencia de la terrible enfermedad.

La profesora de la Universidad de Cardiff (Gales), Julie Williams, es la científica que estuvo al frente del equipo investigador en el Reino Unido. Ella ha afirmado tras la publicación de la investigación en la revista científica «Nature Genetics» que se trata "del mayor avance logrado en la investigación del Alzheimer en los últimos 15 años".

Los investigadores cifran el potencial de este hallazgo y aseguran que neutralizando la actividad de estos genes se podrían prevenir en un país como el Reino Unido (con una población de 61 millones de personas) 100.000 nuevos casos al año de la variante más habitual del Alzheimer, la que se sufre en edad avanzada.



Como se sabe, hasta ahora el Mal de Alzheimer, enfermedad para la que no hay un tratamiento eficaz, es una dolencia neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastorno de la conducta, a causa de la muerte de las neuronas y de la atrofia del cerebro. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 0,379 por ciento de la población mundial padecía demencia en 2005, un mal que aumentará a un 0,441 por ciento en 2015 y a un 0,556 por ciento en 2030, a medida que envejezca la población.

La identificación de los citados tres genes es la primera de la que se da cuenta desde 1993, año en el que una forma mutante de un gen llamado APOE fue responsabilizado de un 25 por ciento de los casos de la enfermedad de Alzheimer diagnosticados.

Hoy los tres genes causantes del Mal de Alzheimer ya tienen nombre

Dos de estos tres nuevos genes, denominados clusterina (o CLU) y PICALM, fueron identificados por el equipo británico, y el tercero, denominado receptor complementario 1 (o CR1), por el equipo francés.



El gen clusterina es conocido por su variada propiedad protectora del cerebro y, al igual que el APOE, ayuda al cerebro a deshacerse de los amiloides, una proteína potencialmente destructiva. La novedad es que, según este estudio, también ayuda a reducir las inflamaciones dañinas en el cerebro causadas por una excesiva respuesta del sistema inmunitario, función que comparte con la CR1.

Los científicos creen que la inflamación cerebral puede jugar un papel mucho más importante en el desarrollo del Alzheimer de lo que se pensaba hasta ahora, por lo que poder interactuar con estos genes abre la puerta a tratamientos farmacológicos nuevos y más eficaces.

Williams añadió que el hecho de constatar el papel principal que juega la inflamación en el desarrollo de la enfermedad supone que tratar el Alzheimer con medicamentos anti-inflamatorios de uso común como el paracetamol o el ibuprofeno puede tener efectos positivos.

El tercer gen identificado, el PICALM, está relacionado con el transporte de moléculas hacia las células nerviosas -y dentro de ellas- y con el funcionamiento de la sinapsis, el proceso de conexiones neuronales que ayudan a formar la memoria del individuo. Tener determinadas versiones de estos genes incrementa entre un 10 y un 15 por ciento el riesgo de padecer Alzheimer.

Rebecca Wood, presidenta del Fondo de Investigación del Alzheimer del Reino Unido (ONG que financió parcialmente el estudio británico donde se hizo seguimiento a más de 16.000 personas durante dos años, manifestó que este descubrimiento genético "es un salto adelante en la investigación sobre la demencia". "En un momento en el que todavía tenemos que encontrar la manera de detener esta afección devastadora, este avance probablemente suscitará nuevas ideas y colaboraciones en la carrera para encontrar una cura", destacó Wood.






El estudio británico fue la mayor investigación sobre el Alzheimer que se ha realizado hasta la fecha, con el seguimiento del ADN de más de 16.000 personas durante dos años, y el análisis de un millón de variaciones del código genético asociadas con este mal.


La profesora Julie Williams insistió en su declaración a la prensa que estos hallazgos "son significativos y concluyentes", e indicó que "si fuéramos capaces de eliminar los efectos perjudiciales de estos genes mediante tratamientos podríamos reducir el porcentaje de gente desarrollando el Alzheimer en un 20 por ciento". Pese a la importancia del descubrimiento "la caza para identificar las causas genéticas" del Alzheimer (responsables de entre el 60 y el 80 por ciento de los casos) continúa, aseguró Williams, quien adelantó que la idea es seguir por esta camino con una futura investigación que implicará a unas 60.000 personas…


Muchos pensarán que es sólo un pequeño paso, pero no, es un gran anuncio y una cierta esperanza que nos devela como de manera silenciosa pero tenaz, la ciencia avanza y en los grandes centros científicos de los países desarrollados día a día se realizan descubrimientos que conducen a vencer las enfermedades y a dar calidad de vida a hombres y mujeres en todo el mundo.




Fuente:
Rebeca Levy/rebecalevy@gentiuno.com
Publicado el 06.09.2009
http://www.gentiuno.com/