oblicuo algunos de
sus rayos de luces
y sobre sus arrugas
teje crepúsculos
la tarde sepia trepándolas
como olas
es la vida cargando
el peso de su vivir
¿cuándo terminará
de trepar la cuesta?
Y mañana otro día
que se abre en el alba
abriendo sus
instantes de violetas a lilas
diminutas ondas de
anhelos que buscan
pero otra vez la
aurora llega sola a su cita
mirando hacia atrás
cómo el alba se aleja
envuelta en la
bruma que asoma al hombre
a su propia sombra que se le alarga
adelante trepando
la misma cuesta
Qué tiempo, pero qué
tiempo éste… y
aquél que apenas
conocemos sus trazos
todavía está destejiendo
su madeja…
pero esta fantasía “vergel del rio”
como reto alza su canto floresta
que es lo mismo llamar a vivir