Y ¿cómo amar
algo o a alguien
si no se tiene o no
se siente amor por
ese algo o ese alguien?
La avaricia el dinero
el egoísmo la vanidad
el odio la violencia
por algo o por alguien
niegan el amor
Desde 1970 cada 22 de abril, a los cuatros vientos
se proclama “Día Internacional de la
Tierra”. Se afirma que se creó éste día para “generar participación y conciencia ambiental” ¿y antes qué?, pero a
renglón seguido se enumeran los graves problemas –calentamiento global, ruptura
del equilibrio climático, deforestación global de la flora y su fauna,
extinción del “laboratorio” de la Tierra: los humedales o pantanos, la lluvia
ácida, epidemias, guerras locales y regionales, desertización y sequías que
producen hambrunas, deshielo de los polos, industrialización que genera
contaminación ambiental, deforestación de la Amazonia que compromete el aire
que respiramos, constantes inundaciones, apenas sobrevivencia de vastos
sectores de una población que ya llega a 8.000 millones de seres, etc.- que amenazan la existencia de la vida del
Planeta Tierra ¿Entonces, cómo es esto?
¿Día Internacional de la Tierra o internacionalización o globalización de sus
problemas mundiales? Y pareciera ser lo último porque cuando revisamos las
estadísticas y leemos Informes mundiales vemos que estos problemas siguen con
sus tendencias crecientes. Informes y estadísticas que incansable piden un
cambio de actitud sin que los responsables hasta el presente oigan. Invitamos
hacer clic en el vínculo siguiente:
¿A qué se deberá que el hombre de este tiempo en
lugar de resolver las crisis que crea, lo que hace es fundar “Días” bajo el
argumento de “crear conciencia”? Así, junto a sus “fiestas anuales”, crea: “Día
del agua” “Día de la alimentación”, “día del niño”, “día de
la mujer”, “día del cáncer”, etc., etc. Sabemos que son invenciones-trampas de
la Industria-Comercio para amasar jugosas ganancias: un mecanismo más para la
acumulación. Pero, además, pensamos ¿no será que se da cuenta que en las
cuestiones más sensibles que hoy afectan
a la vida aún no tiene ninguna conciencia? En su lugar sólo exhibe indiferencia,
insensibilidad. Osea, una confesión de conciencia
que no tiene conciencia. Porque si no es así, entonces, ¿por qué no corrige
su conducta, por qué ese empeño en repetir la misma historia? Por ejemplo, en
la Industria, sustituir las llamadas energías “sucias” –las fósiles: petróleo,
carbón, y la nuclear- por las energías no contaminantes. O ¿Cree, acaso, que fundando “días” se van
resolver los problemas? Ahora, crea el “Día
Internacional de la Tierra” para “generar conciencia”. Pero, en la
práctica, solo está eludiendo responsabilidades, producir “ruidos” que distrae
la atención, negarse a invertir para cambiar la actual estructura
económica-política-social, porque no quiere ver más allá de su vida biológica,
y solo pensar en su corta vida que vive en el presente. En síntesis, “tapar el sol con un dedo” –como dice el
dicho-, y de paso, enmascarar, ponerle velo a la realidad que amenaza a la
Tierra, y con ello, evitar la toma real de conciencia. La “crónica” de las
Convenciones sobre el ambiente –caso Protocolo de Kioto, Japón- es prueba de
ello.
En verdad, si creemos que tiene una “conciencia”, pero
una “conciencia” de solo explotar-atesorar-apropiar bienes materiales, de
llevar el goce-lucro a dimensiones inimaginables: la sagrada religión del
hombre de este tiempo. Pero en contraposición, si hay que tomar real conciencia
sobre estos peligros: concientización real como prioritaria necesidad de salvar
la vida del Planeta Tierra. Y en esta dirección un doble propósito: 1) Primero,
en términos reales, creer-conocer esta grave amenaza, y que de no modificar su actual
tendencia creciente, los acontecimientos climáticos producirán mutaciones
negativas-irreversibles en la evolución general de la vida, y acelerará el
ritmo de extinción de especies. Y dentro de esta conciencia, identificar a los
verdaderos responsables para obligarles a detener la depredación y que asuman
su responsabilidad en cada nivel que actúan. (2) Y con este conocer, emprender
un activo movimiento-acción autosostenido que construya una fuerte
participación colectiva y genere en verdad una necesaria conciencia ambiental
como parte sustancial de la vida misma. Esto obliga sustituir la actual
estructura socioeconómica por otra distinta que realice la producción social con
fuentes de energías no contaminantes –las energías “limpias”- dirigida a la plena
satisfacción humana del hombre, y no para el enriquecimiento-apropiación
privada de Élites o minorías dominantes. En síntesis, transformación del actual
modo de la producción social de la vida por otro que verdaderamente satisfaga a
esta vida social. Hacer triunfar la vida sobre la antivida de hoy.
Y decir “Día
Internacional de la Tierra” es una contradicción frente a ciertas
realidades que son afrentas a la vida. A
manera de ilustración, veamos 3 casos: 1) Todavía “vive” con vigor la
Institución de la Guerra, que es la gran enemiga de la Tierra, porque le ha
causado –y le causa- grandes estragos en pérdidas de vidas, destrucción del
suelo y contaminación radioactiva. Además de sembrar el odio entre los hombres.
Hasta cuándo esta Institución rige la vida y parte de la Ciencia se dedica a ella!
Hasta cuándo crear al “hombre militar”! –en Universidades, Academias, Cuarteles,
Ejércitos, etc.- con la única finalidad de matar hombres bajo el pretexto de defender
a la “Patria” contra otras “Patrias”. Porque, en verdad ¿qué es un militar, un
avión, un acorazado, una Institución militar, etc.? Son “hombre” para matar, “educación”
para matar, armas-máquinas para matar a hombres que ni siquiera se conocen
entre sí. Y con estas matanzas “montar” regímenes para enriquecer a las
minorías gobiernos-clases-dominantes a costa de la sobrevivencia de naciones de
hombres. Y si se llegara –una ilusión, un sueño- invertir las enormes sumas que
se gastan en sostenerla, para en verdad construir una real conciencia ambiental,
no solo se avanzaría en la salvación del planeta, sino también, llegar a convertirlo
en un verdadero hábitat-hogar, y de paso, extinguiríamos a esta Institución de
la guerra.
(2) Informes de científicos marinos –incluso de la
ONU-, alertan que de seguir la Industria-pesca con el ritmo de su devastación
actual, tendríamos para el 2048 océanos con
una vida marina al borde de la extinción. Y otros muestran una Agroindustria
que está dejando a las tierras –incluyendo a la Amazonia- casi sin bosques
primarios. Y ambas producen muchas “rupturas” –en aguas y tierras- en la cadena
de la vida difíciles de cerrar. Entonces, de un océano de donde vino la vida tendríamos
otro casi ausente de ella. Y de unas tierras-vegetación productoras del oxígeno
que respiramos y del bióxido de carbono para la fotosíntesis –base de la vida-,
estamos heredando unas tierras diezmadas en sus fuentes para crear y sostener a
la vida. ¿Y cómo vivir con océanos casi sin vida y tierras-vegetación
desertizadas? (3) Y en general, hoy vemos a una industria y a su urbanización que
“progresan” a ritmos impresionantes “tragándose” a la flora y a la fauna. Y
junto a este “apetito” voraz, la consiguiente contaminación de las aguas,
tierras y aire. Nada escapa a su acción. Y esta depredación se hace para la
producción y asentamiento de la vida moderna. La misma Ciencia afirma que esta
vida bien podría realizarse de otro modo distinto: una vida “moderna”
enteramente humana, que preserva el hogar planeta Tierra. Invitamos a este
vínculo (presionar tecla “Ctrl”+Clic), y vea la lenta extinción de corales que
son formas básicas y primarias de la vida.
Ahora se proclama “Día Internacional de la Tierra” para “generar participación y
conciencia ambiental” ¿cómo entender este llamado cuando la Tierra vive graves
desequilibrios a causa de la acción depredadora que el hombre ejerce sobre ella?
En verdad, si dejáramos de ejercer esta
depredación, entonces, estaríamos forjando participación y conciencia. Pero
este “Día” es como un “enlace” más de una madeja-juego perversa de ironías y
paradojas en el que el hombre de este tiempo “gasta” su vida, al igual que el
engañoso tejido de sus guerras y conflictos diversos de “Patrias” contra “Patrias”, que de paso, se
“traga” la vida de la Tierra. ¿O es que estos desequilibrios quieren que los
entendamos como rupturas que “llueven” del cielo o surgieron solo, o que
creamos que los ocasiona la propia Tierra o son el castigo de algún Dios
enojado? ¿O sólo se quiere edulcorar la responsabilidad o autoría de este
hombre en el desencadenamiento de los llamados “desastres naturales”? O ¿es un mea culpa global vergonzante?, un “yo si
los he causado, pero para fundar mi vida moderna”, y apenas saca su dedo índice
que apunta a su pecho.
Entonces, este “Día
Internacional de la Tierra” es una especie de autoacusación a nivel mundial que el hombre de éste tiempo se hace
a sí mismo. Pero una autoacusación que rebosa ironías y paradojas, porque su
acción depredadora, sobre la cual asienta su modo de vida, sólo tiene como finalidad
la del enriquecimiento particular-privado de la Élite Global
gobernante-dominante del mundo. Y en contrapartida, ocasiona otro
“enriquecimiento”, pero de ignorancia, miseria, enfermedades, precarias concentraciones
urbanas. En síntesis, la pobreza –sustancia letal de la vida social- de la
mayoría social también global para configurarle un modo de vida general de sobrevivencia
que paradójicamente garantiza, sustenta y justifica el modo de vida de ésta macro
Élite. Y la “majestuosidad”, ostentación, visión de bienestar material –el
“buen vivir”- que exhiben sus ciudades, no son más que “islas de lujo” que
contrastan con ese gran “océano” de precaria urbanidad-rural en que vive esta
mayoría social dentro de los 8.000
millones de habitantes que ocupa la Tierra. Y ambos modos de vidas configuran
la actual vida moderna, que en términos reales no es más que la negación de la
verdadera vida: la antivida.
Y esta vida moderna, a través de la cual este
hombre consagra su acción contra la Tierra, ¿para qué proclama éste “Día Internacional
de la Tierra”? ¿acaso un velado anuncio más de su guerra contra la vida, la
continuación de su acción histórica depredadora? Un hacer, una historia de un positivismo
de pasado milenario que llega al presente también milenario, pretendiendo seguir
arrancando trozos al tiempo futuro para convertirlos otra vez en los mismos
pasados y presentes. En síntesis, una historia positivista de dominio y
depredación global sobre la Tierra. ¿Y no cabe otra posibilidad? Creemos que
dentro de ella no hay ninguna. Pero si creemos que desde la contrapartida
dialéctica que su propia acción genera, podría iniciarse –que bien pudiera ser del
seno de la mayoría social global-, un proceso de construcción de otra manera
distinta de ver y hacer la vida, otra historia antipositivista que en verdad
pertenezca a la vida verdadera.
Invitamos
a visitar el siguiente vínculo, cuyo lugar que describe bien podría ser
la generalidad de hábitat del planeta Tierra, y no una excepción de explotación
para el turismo
Construir
lugares como éste en todo el planeta Tierra –y con el actual conocimiento
científico es posible hacerlo-, a partir de una nueva conciencia, una
conciencia de y para la verdadera vida, podríamos llegar acabar con esta
situación que amenaza la existencia de la vida en la Tierra. Entonces, si
podríamos tener un Día mundial de la
Tierra para celebrarlo porque existiría un hombre que realmente,
verdaderamente, vive una vida verdadera en medio de una felicidad verdadera. Pero,
necesariamente, utilizando la Ciencia y una conciencia cónsona con ella, primero
tenemos que extinguir la actual amenaza al Planeta Tierra. ¡Casi rogamos que
vean el siguiente video!
La
edad de la Tierra es de unos 4.500 millones de años. La vida, entonces, también
tiene una edad cercana a estos 4.500 millones de años. Y la edad del hombre
unos 200.000 años, sin embargo su actividad –acelerada en los últimos 50
años- la ha modificado sustancialmente. Y veamos, sintamos a la Tierra girando,
a la naturaleza como el “autor”, el gran poeta. Y la vida, su poema más hermoso.
¿Llegará el hombre a destruir al poeta y a su poema? ¿O podrá agigantarlo donde
siempre vivirá? Nos anotamos en ésta última opción.