martes, noviembre 12, 2013

Hoy Filipinas y mañana ¿quién?



¿Qué es la vida?
La vida
es la vida en la vida
como un cuarzo perfecto
 definible en si misma
como la estrella
es la estrella en el cielo
como el coral  
es el coral en el mar
como el viento 
es el viento
en el universo
jamás se apaga
inagotable eterna infinita
aún después de la muerte
la vida es para vivirla



“El tifón Haiyán deja  muerte y destrucción en Filipinas: sobrevivientes –aún no hay cifras- piden comidas y se estiman –hasta ésta fecha- 10.000 muertos”. Es la noticia que hoy sobrecoge al mundo. Y un sobreviviente en su angustia señala el futuro que le tocará vivir: “Todo lo que nos queda es tratar de resistir día a día, pero no sé qué será de mi mañana. Ni siquiera estoy segura de que podamos sobrevivir “ (La BBC Noticias)










Pero aun cuando es terrible él suceso, éste es uno más de los tantos ocurridos. Y por ello es una noticia que da una pálida situación de lo que podría seguir sucediendo en regiones del planeta Tierra si continúa la actual tendencia del comportamiento de su clima. Y ya presenciamos que los inviernos casi son cataclismos. Los sismos ocurren en grados altos en la escala de Richter. Tifones y ciclones cada vez más alto en fuerza, velocidad y extensión. Grandes extensiones de costas azotadas por tsunamis. Inundaciones crecientes de poblados a causa del deshielo de los polos. Grandes nevadas intempestivas. Veranos que ocasionan severas sequías que incrementan la desertización y las hambrunas. Aumento de la frecuencia de epidemias. Rupturas en la “cadena de la vida” de la tierra y de las aguas que aceleran el proceso de extinción de especies, etc., etc.

Y todo ello deja ingentes pérdidas de vidas, altas cifras en desapariciones y sobrevivientes damnificados –y después sus vidas quedan radicalmente cambiadas-, todo sumado a las destrucciones materiales de los hábitats ¿Éstas no son pruebas suficientes que el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza ha sido roto? Ya no extrañan las huellas que dejan estos eventos. Y la estimación de la “vida” que tendrá que seguir “viviendo” cada vez es más difícil de determinar, junto a los daños profundos de la psiquis humana de los afectados.















Imágenes que dan una idea de la fuerza del tifón







Pero, pareciera que son hechos que se hacen “naturales” ante la percepción humana. Y ya es una tendencia que tiene relativa antigüedad de existencia, y que según las estimaciones seguirá creciendo. Pero ¿qué acciones-respuestas se dan? La llamada “comunidad internacional” y los propios afectados, sólo  responden con planes de emergencias: evacuaciones, salvamentos de sobrevivientes, sepulturas masivas, solidaridad en millones de toneladas de comidas y de enseres para auxiliar a sobrevivientes, etc. Y luego, vienen las obligadas reparaciones de las infraestructuras como para mitigar el dolor-sufrimiento-angustia de lo  que quedan con “vida”. Son sólo planes para el momento. Y se dan los diagnósticos “inapelables” e “irrefutables”: son “desastres naturales” por “causa de fuerzas naturales” ¿Y quiénes son los mayoritariamente afectados? ¿Los de siempre: de vida cada vez más vulnerables o los de siempre: privilegiados del buen vivir económico-social?


Y todo ese operativo de salvamento tiene un sello de una programada “calma-curativa”, mientras el dolor, el sufrimiento, la angustia, la incertidumbre va grabándose en el interior del sobreviviente hasta quedar como honda huella de su vida. Pero al poco tiempo vuelve al “vivir” de una “normalidad” impuesta sobre esta huella. Y allá en el horizonte siguen acumulándose los nubarrones y las tormentas eléctricas, el deshielo y la emisión de gases contaminantes, la desforestación, así como las presiones y fricciones interiores de la tierra, que de nuevo habrán de desencadenar “desastres naturales”, cada vez más extensos y de mayor furia sobre el planeta Tierra. Y es notoria la ausencia de planes preventivos-científicos. Y entonces, todo será un acontecer que la “vida” tiene que lidiar, juntos a otros diferentes que le afectan su cotidianidad: los acontecimientos que resultan del fragor político y bélico cotidiano, todo lo cual da una global suma-existencia que hoy se le llama una “vida” para “vivir”.














La ciencia, sus científicos y sus organismos, también dan cuenta del cómo y por qué acontecen tales acontecimientos: por calentamiento global, contaminación, desertización, deshielo de los polos, evaporación de las fuentes acuíferas, deforestación generalizada de bosques, extinción de especies, etc., etc. En síntesis, muestran los datos que prueban la ruptura del equilibrio de las fuerzas de la naturaleza por la acción depredadora del hombre, el cual, al parecer inmutable, sigue asentando sus modos de vidas, y en particular, el enriquecimiento y la acción del poder político de su minoría o  élite social gobernante-dominante. Y a este poder político-económico es a quien se les entrega los Informes de éste desequilibrio, junto a las medidas de solución para reestablecerlo a un nivel tolerable. Pero, aquellos dicen-informan. Y éste oye, y solo promete “estudiarlas” y aplicarlas. Pero, nada cambia, excepto, el desequilibrio que sigue profundizándose, pese al alerta científico de que se puede llegar a situaciones irreparables en áreas vitales del planeta. Pero parece que nadie oye, cada quien sigue “viviendo” su vida a corto plazo, haciendo su “vida” inalterable en lo que hace y viene haciendo. Y se continúa en el uso de las mismas fuentes de energías “sucias” depredadoras para sostener la vida.

Mientras esta “historia” continúa su curso, se dan a conocer los avances de la Ciencia, y en particular, a nivel de la cosmología –conocimiento y conquista del universo-. Y a otro nivel aún más particular, por una parte, al fin, el descubrimiento de la “partícula subatómica de ‘dios’ o bosón de Higgs” que habrá de producir la “tercera” revolución científica e industrial. Y por otra parte, afirma que ya el “hombre” está listo para instalarse en el planeta Marte, y empezar a poblarlo. Y dentro de esta acción estaría el hecho asombroso de “construirle un atmósfera” limpia, sin contaminación ni recalentamiento, bajo la cual ha de fundarse un nueva vida bio-social.

Partícula subatómica de "dios" o bosón de Higgs
Y las preguntas inevitables: ¿quién, quiénes irán a vivir en ese nuevo modo de vida”? Y la paradoja inevitable: aquí, en la Tierra el conocimiento alcanzado pero que parece no ser para mejorar la vida. Allá, en Martes, se creará otra atmósfera, otro modo de vida –biológica y social-, pero, aquí, en la Tierra, ¿seguiremos sobreviviendo a los tifones, huracanes, sismos, terremotos, inundaciones, contaminación, calentamiento global, guerras, enfermedades, terrorismos, elecciones que nada cambian, política de negociación-engaño, la “vida” egoísta que aísla a los hombres, violencia cotidiana para resolver los asuntos diarios, etc., etc., etc.? Si allá se puede hacer, aquí también debemos, podemos hacerlo, instalar otro modo de vida, sin “desastres naturales” –como hoy, Filipinas- ni desastres políticos y bélicos en el mundo. Podemos edificar, de verdad, otra humanidad, para, de verdad, vivir.