domingo, abril 10, 2011

Ante el tsunami y el terremoto de Japón





Hombre mujer joven
pueden dar algo de su tiempo?
Examinen la anatomía de una flor
¿por qué? ¿para qué?
miren como le llegan abejas mariposas colibríes
a beber ávidamente su néctar
diligente transportar el polen de flor en flor
¿por qué? ¿para qué?
vean a ese pájaro hinchar su colorido plumaje
oigan y sientan su cantar
¿por qué? ¿para qué?
observen a esa madre
hinchar su vientre parir el niño
niño alegre andar libre bondad curiosa
¿por qué? ¿para qué?
La humanidad que habrá de venir
agradecerá ese algo de tiempo.



El planeta Tierra y la vida que le puebla lucen copados por los desastres. Solo pondremos dos ejemplos -entre tantos- para ilustrar los eventos que amenazan arrasar: testimonios del hombre de hoy:

Explosión y derrame petrolero en el golfo de México


Exploción y fuga de radioactividad en planta nuclear de Japón

Dos ejemplos que se suman a una acción milenaria de destrucción del hombre sobre el planeta Tierra. Y acorde al principio de acción y reacción que postula la Física -en general, postulado de toda ciencia-, que rige todo proceso, fenómenos, cuerpos de la Tierra y de su vida, sus fuerzas reaccionan para tratar de restablecer el equilibrio que el hombre constantemente rompe. Y tal se ven en estas tres imágenes:


                                             Terremoto desencadena el tsunami en Japón


Ola tsunami


Huracán K


Y de esta reacción contra la destrucción del hombre se desencadenan consecuencias y efectos masivos de grandes impactos.


                                                             Masiva destrucción en Japón


Dolor y desstrucción de gran impacto en Japón


Y qué hacer ante la vastedad del desastre en Japón


Y ante ésta sistemática acción destructora del hombre, la reflexión honda, verdadera, puede llegar encontrar otros caminos que funden la vida y no la muerte:

Este hombre japonés en medio de tanta destrucción parece buscar algo, creer...

                      Y esta mujer japonesa parece interrogar con su gesto  mudo al paisaje desolador..
.

Porque si la reflexión, y su consecuente acción, no encuentran otros caminos, esta imagen será el paisaje futuro de la Tierra y de su vida.

                                                     Algunos muertos rescatado en Japón


Y bien podría ser un primer camino el llanto, el dolor, milenariamente acumulado, para producir una lágrima sólida, fuerte, con vigor, para en verdad, y de una vez por todas, sembrarse y con resolución, valentía, hacer aflorar la vida y no la muerte.

                                             Rostros que  expresan la tragedia japonesa

Porque hasta el momento presente -aunque es entendible- la sola queja, el desconsuelo desgarrado, el sufrir, el consuelo, no ha sido el camino que dé frutos…


Dolor, rabia y queja honda que expresa el sentir del japonés


Y mucho menos lo ha sido el rezar, la contemplación, la resignación, y decir “dios sabe lo que hace”. Las velas se fabrican solo para alumbrar no para hacer milagros… ¡Y quién es el culpable: el hombre, la naturaleza o Dios? Mientras dilucidan esta cuestión, aquí afirmamos: el niño no lo es!




Y en verdad,
el hombre la mujer el joven
han querido vivir
quieren vivir
pero los caminos:
la religión
la guerra
el petróleo
la actividad nuclear
los procesos electorales,
(póngale el orden que quieran)
símbolos de la actual vida moderna
han sido
son
y al parecer, seguirán siendo
los símbolos de la muerte.
Y esta especie, hoy el hombre,
que nació para fundar el reino humano,
¿no puede, no podrá inventar otros caminos,
otros símbolos que hablen de vida y no de muerte?


La vida es!